Escuchamos cuarteto
ya no hay música propia o
ajena
el balneario de provincia
no conoce lo privado
los adultos ociosos
se sientan en el agua
medio cuerpo sumergido
toman fernet en vaso
de aluminio, arrastran
ligeras las manos
como arañas
por el piso de barro
conversan chucherías
las madres,
refuerzan virilidad los chistes
transpira mi cara,
si jugamos guerra de barro
me olvido
de mi deseo urbano
te alcanzo, salpico
compenetrada acuática
vuela amorfa una pelota
de tierra y agua
no quiero
dejar la laguna
quiero mojarte
vuelvo a la costa
esquivando maleza
en puntas de pie
los bichos se posan
de a miles
en la superficie, lentos
se escapan
en nubes,
la mesa plegable
tapada de pan
salame
sal
tengo sed
coca tibia
ni un nudo de viento
pasa la tarde
un tábano
me persigue
carnoso, lento
me muerde
cuando pienso que no puedo
soportar más el sol
desciende
termina la jornada
con más fuego
choripán
a la vuelta
un monte de eucaliptus
picos inalcanzables
intenta resignado
soportar el último
sol naranja,
sobre la ruta caen
las luces
las sombras
una cebra que arde.