jueves, 18 de junio de 2020

todo lo que escribí lo viví

Marco en el ascensor el cero. salgo del edificio apoyando la llave en la cerradura porque ahora se usa lo del contacto. me apuro en llegar a la esquina para poder subirme al skate pero el semáforo justo se pone en verde y no puedo cruzar.

Rojo, cruzo, me subo a la pati y voy a los pedos por la vereda central de Oroño que es una preciosura de patinar. digna, se siente suave a los pies y la fricción que generan las ruedas con las baldosas es mínima, parece que voy flotando. Hago varias cuadras así, en trance. voy entrando en calor, me saco la campera y la ato en mi cintura porque me parece que me queda bien así, aunque no sea muy cool. la campera es negra y yo llevo un jean mom tiro alto. mi remera dice blogger. no sé de dónde la saqué, es cómoda. Llegando a la esquina de “La internacional” me distraigo pensando en comprar facturitas y me caigo en la rampa que baja a la calle. quedo desparramada en los adoquines pero no me levanto porque me duele el codo y el culo. me río, pienso en que estoy en la calle pero no me importa morir porque la chica que me gustaba me rechazó. me siento y me quedo ahí, como indiecito. La chica que atiende en la panadería de la esquina sale del local para preguntarme cómo estoy, me dice que vio todo y se ríe conmigo. le digo que no se preocupe, que estoy bien pero ella es tan amable que me hace pasar al negocio a tomar agua y me regala dos facturas con crema pastelera. No sé cómo pero ella sabe que son mis favoritas.

Nos quedamos charlando un rato

-che, entonces sabes patinar?

-sisi, pero viste como es, cualquier cosita te hace perder la estabilidad. Te falta mucho para terminar el laburo?

-no, ya termino, si me esperás agarro el mate y vamos al parque un rato.

Estoy tan contenta que agradezco infinitamente haberme caído de la patineta. ella es sutil y no habla mucho pero todo lo que dice me hace sentir bien. La espero a que agarre sus cosas y caliente el agua y nos vamos.

en el camino al parque yo llevo el skate debajo del brazo y ella su mochila al hombro llena de cosas: facturas, mate, yerba, termo, y muchas cosas que ocupan el resto del lugar, que no se que son pero me encantaría descubrir. 

-está repleta tu mochi- digo

-si, es que me gusta ir al parque después del trabajo entonces siempre vengo preparada

-AAAaaaaah, no es algo nuevo esto para vos

-nooooo, yo siempre me hago amiga de la gente de la calle y la invito al río, que se yo, me gusta conocer gente y soy callada pero confianzuda.

-sisi, ya entiendo, yo soy parecida

eso me desanima un poco, siento que esto no es una situación distinta para ella sino una más de las que vive todos los días por ser así, una fantástica vendedora de facturas.

igual trato de no neurotizar y de disfrutar el paseo, después de todo, estamos pasando un rato juntas.

-ay, no me dijiste tu nombre

-Mar, me llamo mariela pero me dicen Mar, vos?

-Fer

Bueno ahora ya nos presentamos y estamos en el parque.. buscamos una zona donde una planta filtre el sol. quiero decir, que nos de su sombra pero también deje pasar un poco de luz para calentarnos. Encontramos en lugar perfecto pasando los silos davis a la izquierda de un bar. Hay una planta estilo aromo pero no se que tipo es. no se mucho de plantas. en fin, es de esas que tiene hojas caladitas y no muy densas. nos sentamos a su semisombra y descansamos un ratito antes de preparar el pic-nic. yo no puedo dejar de pensar en las facturas y las demás cosas que guarda en su mochila. ella me mira y se sonríe, me dice

-ya voy, ya preparo todo

-no hay apuro

dos suspiros más y empieza a sacar la yerbera, el termo, bla bla.. prepara el mate perfecto. le pregunto la marca de la yerba. Playadito, me dice y yo siento que ya tenemos mucho en común.

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